María Teresa di Salvo (UBA)
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Resumen:
En Argentina, las profundas transformaciones económicas de la década de 1990 abrieron paso a una estructura social mucho más diferenciada y al surgimiento de prácticas sociales novedosas. Fue en el contexto recesivo de fines de la década que comienzan a manifestarse con fuerza estas prácticas sociales novedosas.
Muchas de estas manifestaciones (asambleas populares, clubes de trueque, etc.) fueron desapareciendo con el tiempo. En cambio, las Empresas Recuperadas por sus Trabajadores (ERT) se convirtieron en un fenómeno social y económico más perdurable. Asimismo, este proceso se ha desarrollado también a nivel regional, [1] es por eso que ha suscitado un interés creciente y ha sido objeto de estudio de numerosos trabajos.
Se considera “Empresas Recuperadas” como una categoría social cuyo principal común denominador sería la formación de un sujeto de gestión colectiva en tránsito entre una unidad empresarial bajo gestión capitalista tradicional a una empresa de autogestión. El estatuto jurídico de las ERT atraviesa una variedad importante de situaciones, sin embargo, mayoritariamente (alrededor del 95% de los casos) decidieron adoptar la forma jurídica de cooperativas de trabajo.
La recuperación es considerada en primera instancia como una acción defensiva y se centró básicamente en la protección de la fuente de trabajo. El vacío de poder político institucional y la falta de legitimidad de políticos y empresarios permitieron el apoyo y la legitimación de estas nuevas formas creativas de organización social como las empresas recuperadas
Desde aquellos años críticos al presente el proceso de recuperación de empresas por sus trabajadores ha ido evolucionando y aún sigue en marcha. La mayoría de las recuperaciones se produjeron entre 2002 y 2004 (49,75%) pero en los años siguientes, en un escenario con tasas de crecimiento del PBI y del empleo, estas experiencias continuaron (alrededor del 10,5%) con porcentajes un poco menores que en el 2001 (12,2%). Parecería que la continuidad de este proceso se ha convertido en una herramienta instalada dentro del repertorio de acciones colectivas.
El objetivo de este trabajo es indagar sobre los factores que hacen a la viabilidad de las ERT. Se analizará como impacta la nueva “identidad” de la empresa en la organización de la producción y en la gestión estratégica; y, a su vez, en la sustentabilidad a largo plazo de la misma.
La investigación se hará desde una perspectiva múltiple que incluye la llamada Economía Social y la “historia de empresas”. Se utilizará, asimismo, los marcos conceptuales de las Industrias Culturales y de la Cultura Organizacional.
La propuesta es analizar la imprenta Chilavert Artes Gráficas en relación con el sector donde está inserta porque amplía las posibilidades de analizar las estrategias como unidades productivas. Se utilizará la metodología de estudio de caso ya que este proceso se visualiza complejo y heterogéneo.
Se relevaron una diversidad de fuentes que incluye tanto estadísticas como fuentes cualitativas escritas además de entrevistas focalizadas, semi-estructuradas y en profundidad a informantes claves. Se han tenido en cuenta también en la indagación estudios provenientes de la literatura existente sobre el tema a nivel local e internacional.
[1] Este proceso se ha verificado también en otros países de la región como Brasil y Uruguay con diferencias en cuanto, por ejemplo, a la participación de los sindicatos y el rol que jugó el Estado en dicho proceso. Se pueden consultar autores como Ghibaudi y Novaes para Brasil y Martí para Uruguay.
