El papel de Gran Bretaña y Estados Unidos en Argentina y Brasil: del siglo XIX al fin de la Segunda

Ponencia Madrid - Rapoport - Figallo

Eduardo Madrid (IDEHESI - UBA - CONICET, Argentina)

Mario Rapoport (IDEHESI - UBA - CONICET, Argentina)

Beatriz Figallo (IDEHESI - UCA - CONICET, Argentina)

En la etapa post-independentista, las provincias rioplatenses continuaron vinculadas al Reino Unido y a los mercados europeos, porque allí se había gestado la principal demanda, especialmente de cueros vacunos y otros productos ganaderos. Algunos años después, desde la década del ´40 se agregaron progresivamente lanas ovinas como importante renglón de exportación hacia Europa y EE.UU. Como contrapartida de ese comercio internacional, las Provincias Unidas importaban artículos manufacturados de esas regiones. Al mismo tiempo, Brasil financiaba su oneroso presupuesto con fondos obtenidos en la plaza londinense, pero su principal mercado pasó a ser  EE.UU., y de esa nación va a obtener la mayoría de sus divisas por cuanto, el café, su principal rubro de exportación, tuvo en el país del Norte a su principal cliente.

Hasta mediados del siglo XIX la influencia económica, especialmente financiera, de Gran Bretaña en Brasil era evidente, producto de las antiguas relaciones político-comerciales del período colonial. Durante la etapa del Imperio, hasta 1889, Brasil obtuvo sus empréstitos externos en el Reino Unido, y aún durante los tiempos de la República las finanzas brasileñas dependieron del papel dominante de la “City” londinense.  En 1914 el 64% de las inversiones extranjeras era de origen británico, mientras que la participación de los EE.UU. todavía era escasa, con sólo el 2,6% de los aportes foráneos. Pero ya en 1930 la situación había cambiado radicalmente, mientras que la participación británica caía al 56,9% - que representaba esencialmente el stock de inversiones existente hasta 1914 - la participación norteamericana se incrementaba al 24,3%. Pero más importante aún era que mientras las inversiones británicas se concentraban en ferrocarriles y empréstitos externos, las inversiones norteamericanas estaban radicadas también en préstamos pero incluían además, un considerable porcentaje destinado a la industria manufacturera y a otros sectores productivos.

Tal esquema se mantendría durante la Segunda Guerra Mundial.